Mi Experiencia en Okinawa por Nestor Uriel Ponce
Un Sueño Hecho Realidad Después de casi 18 hrs. de vuelo, y de años deseando y planeando visitar las tierras del karate, estaba ahí saliendo del avión y entrando en el aeropuerto de Okinawa un hecho que desde la llegada todo se vuelve sorprendente, lugar fantástico, exótico y sofisticado entre lo moderno y lo tradicional. A partir de entonces todo fue aprendizaje.
Mi Experiencia en Okinawa por Juan Manuel López Mi Experiencia en Okinawa por Alfonso Gloria Loza
Una cálida bienvenida de parte de los grandes maestros, que siendo las grandes figuras a nivel mundial con gran emoción y de manera personal se hicieron presentes para recibirnos de la mejor forma, como si ya nos conocieran de tiempo atrás nos reciben con gran alegría que nos invade y que hace de nuestra llegada algo realmente inolvidable, enseñando con sus actos la primera lección a cerca de la humildad, de educación y cultura. Este viaje para mí ha sido invaluable, lleno de conocimientos y grandes experiencias, practicar y aprender de los grandes maestros que actualmente son la cabeza en cada uno de los estilos tradicionales es histórico, porque he podido ver y sentir que el verdadero karate no se practica, si no que se vive todos los días y en cada cosa que se realiza se proyecta su esencia.
No se trata de deporte, no es un hobby o un pasatiempo, no se trata de apariencias o poses. Pude sentir y aprender que solo hay una forma de hacer karate; y es hacerlo con toda la intención, con todas las ganas y el deseo que se puede. Es importante y vital conocer las técnicas y entender cada paso, cada postura, desarrollar las destrezas y habilidades necesarias para mejorar cada día, pero lo que realmente hace la diferencia es hacerlo con el corazón. El verdadero karate está basado en guardar nuestra integridad, en ser lo más certeros y letales cuando sea necesario, pero también en la acción diaria, en la utilización más adecuada de nuestros recursos, de nuestra energía y nuestros pensamientos sin importar si somos niños, jóvenes o ancianos.
Mi viaje a Okinawa ha marcado mi karate pero sobretodo mi vida, me confirmo que este camino no termina con una cinta, con un grado, o una competencia, el verdadero karateca lo es todo el tiempo y para toda la vida. solo me resta concluir que esto sigue y cada día es una oportunidad más de mejorar, agradezco a nuestro Sensei Juan Antonio Balderas la oportunidad de haber podido compartir esta experiencia así como a Alfonso Gloria Loza cómplice de esta aventura, al igual que a nuestro compañero Manuel López. NESTOR URIEL PONCE HERNANDEZ KARATE DO SHODAN C.N. PRIMER DAN ONINKAI ARTES MARCIALES, A.C.

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